No paro de ver gente que se pone metas y nunca acaba por cumplirlas. A mí hace mucho tiempo me pasaba exactamente esto. Me costaba empezar a trabajar, mover el culo y persistir cada día, pero encontré la metodología adecuada para mí y conseguí a día de hoy mantener todas mis tareas en regla y una vida organizada y productiva.

En esta entrada voy a intentar ayudarte en la organización y planificación de las tareas, creación de hábitos y organización de vida.


Encuentra tu propia metodología
Me acuerdo que desde pequeño siempre me han inculcado las mismas metodologías de estudio y de organización: Mantener un horario y cumplirlo estrictamente. Pero a mí este modelo  no me servía en absoluto. Tendrás que buscar el tipo de metodología que te sirva a ti, que no te estrese y que te permita cumplir todos y cada uno de tus objetivos a tiempo.


Después de probar diferentes tipos de métodos de planificación, conseguí hallar el adecuado para mí. De todas formas, aún habiendo encontrado el método de planificación idóneo, no dejo de buscar formas de mejorarlo y hacerlo lo más cómodo y práctico posible.

Hay gente que le funcionará mejor una planificación de tipo semanal que una diaria, yo en cualquier caso recomiendo que pruebes a realizar todo tipo de técnicas y métodos de planificación hasta encontrar el más adecuado para ti, y una vez lo hayas encontrado, sigas buscando más métodos y estrategias para mejorar ese sistema de planificación.


Piensa en pequeño
Mucha gente quiere realizar cambios instantáneos y milagrosos. Spoiler: Eso no es posible, al menos que quieras morir de estrés. No puedes pretenden realizar cambios en tu metodología o en tu planificación diaria de golpe, tiene que ser algo progresivo. Mucha gente empieza a hacer dieta, hacer ejercicio y realizar todo tipo de actividad poniendo el listón muy alto desde el principio:
'Voy a empezar a salir a correr durante 30 minutos'
Cuando nos ponemos metas a largo plazo, estas deben ser progresivas. Si quieres crear rutinas y hábitos, necesitarás empezar por lo bajo. Siguiendo con el ejemplo anterior, si en lugar de decirte que vas a empezar a correr 30 minutos diarios, te dices a ti mismo que vas a empezar corriendo tan solo 5 minutos diarios, la cosa va a ser mucho más diferente.

En mi caso personal, cada vez que quiero que algo se vuelva una rutina sólida, lo que hago es este procedimiento: Me pido poco para ir subiendo el listón. Recuerda que mejor que no hacer nada es hacer aunque sea un poco, aunque sean tan solo unos 5 minutos al día. ¿Quién no tiene 5 minutos al día?

En cuanto te veas preparado, aumentarás ese número a tu medida.

En mi caso empecé el año pasado haciendo 5 minutos de ejercicio cada día, para acabar a final de año haciendo 30 minutos de ejercicio cada día, y continuando hasta el día de hoy. Cualquier método de planificación es más efectivo si se aplica progresivamente y no de golpe.


Siempre por delante
Uno de los trucos que utilizo para seguir de forma adecuada mi método de planificación es siempre adelantarme a él. Es decir, si por ejemplo, mañana tengo que dedicar 30 minutos a trabajar en un proyecto, hoy dedicaré 30 minutos extra en mi horario para que mañana no sea necesario que dedique 30 minutos al día.


De esta forma, habrá mucha menos carga mental, y si algún día estoy saturado con mucha tarea, o me ha surgido cualquier cosa imprevista, no tengo por qué preocuparme porque el trabajo de ese día ya lo realicé el día anterior.

Es decir, siempre voy 1 día por delante en mi lista de planificaciones.

Te recomiendo que hagas lo mismo, siempre que tengas tiempo libre intenta dedicar ese tiempo a adelantarte al día siguiente. Planifica siempre tu día siguiente para hacerlo lo menos estresante posible. Cuanto más carga mental llevemos, peor va a ser. Tener mucha carga mental nos hará estresarnos con más facilidad, evitará que nos concentremos en la tarea que tenemos y estaremos pensando en las tantas otras que aún no hemos realizado.


¡Empieza!
Hay veces que incluso siguiendo una metodología, esta puede hacerse cuesta arriba. Ante esto recomiendo simplemente: Empieza. Es decir, empieza a realizar una tarea, haz por empezar, aunque sea dedícale 5 minutos a esa tarea. Repitiendo la frase que dije arriba: Mejor que no hacer nada es hacer aunque sea un poco. Aunque solo dediques 5 minutos a ello, ya es algo.

De hecho, en muchos casos al final esos minutos se acaban alargando, ya que el problema con las ganas de hacer algo mayormente es no encontrarse en la frecuencia adecuada. A lo mejor tenemos en mente hacer otras cosas, no nos apetece o creemos que hoy no es nuestro día, pero esos 5 minutos nos hacen cambiar de frecuencia y mentalizarnos para realizar la tarea que tenemos pendiente.